La postura rígida y elevada del brazo, le quita naturalidad y frescura a su toreo, haciendo que el aficionado fije su mirada en ese detalle, al observar el agarrotamiento y la altura que alcanza su brazo.
Pues bien ya si él no se ha dado cuenta, tal vez alguien de su cercanía debería comentárselo, pienso que es buen torero y es una lástima que con este defecto quite a su toreo empaque, estética y naturalidad.
En el toreo ante todo, debe existir naturalidad y no transmitir una rigidez sólida..
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